domingo, 21 de octubre de 2012

SOLO LA VICTORIA ES BELLA


En plena semana electoral puede ser un titular confuso para una
columna en la prensa. Y aunque bajo este titular podríamos escribir de
deporte y trampas para obtener la victoria –el dopaje es una de ellas
tan sólo-, quisiera llamar la atención sobre un problema de nuestro
rugby, se está introduciendo la mentalidad de que el resultado exige
recortar el espectáculo, cada equipo sólo debe de perseguir la
victoria y esa victoria es más fácil de alcanzar reteniendo el balón
sin arriesgar su pérdida en lo posible y con una defensa asfixiante
que impida crear juego al contrario, todo ello con una disciplina
colectiva férrea.
Es evidente que ese esquema mental puede servir para una competición
entre equipos de fuerza parecidas  pero es inútil –que se lo pregunten
al Gernika en su andanza europea-, para enfrentarse a equipos de un
nivel muy superior.
Un buen entrenador es consciente de las fuerzas y debilidades de su
escuadra a la vez que debe manejar la misma información del equipo
rival  y su planteamiento táctico en un partido determinado va a estar
en función de su evaluación de las fuerzas enfrentadas y que deben los
jugadores haber asimilado correctamente. A veces, en una liga  como la
española en División de Honor A, parece que todos nos conocemos
demasiado y que el resultado perseguido obliga a jugar a todos los
equipos con patrones muy parecidos hasta que los azares del balón oval
rompen el partido.
Cuando acaban los encuentros, sin embargo, como espectador –y creo que
no soy el único-, me acuerdo más de las imágenes de las jugadas que
surgen después del momento de ruptura,  cuando la creatividad parece
sustituir a la disciplina, que de todo lo anterior y, a veces, lo
anterior se hace muy largo. Quizá habría que buscar cómo reflejar en
el resultado la belleza del juego de cada equipo si tal belleza no
condujera, como sí conduce a algunos equipos, a un bello resultado
también.

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