jueves, 5 de marzo de 2015

MÁS RUGBY EN LA ESCUELA


-          ¿Por qué no hay un torneo playero de rugby escolar? –Pregunta Murray a la vez que presenta una bonita botella de lágrimas de dioses gaélicos que ha traído de Edimburgo-. Podrían jugarse jornadas en Zarautz, Donostia, Hendaia, Biarritz…
The city of Donostia from top of mount Igeldo.
The city of Donostia from top of mount Igeldo. (Photo credit: Wikipedia)
-           Porque no existe el rugby escolar ni aquí ni allí –Comenta el Barón de La Florida mientras saca las mitades de endivias del agua hirviendo-, el rugby infantil entre nosotros se practica en los clubes y con muchas pegas reglamentarias o legislativas: hay que buscar horarios dominicales, no se pueden organizar temporadas de competiciones… las circunstancias están para desmoralizarnos a los padres.
-          Solo hay un deporte que carece de pegas ¿No? –Observa Murray el mimo con el que el Barón deja sin agua las endivias entre dos paños-. Pero hay programas de rotación de los chicos por distintos deportes, aunque no sé si esto acaba de funcionar.
-          Hay mucha pereza mental que se ha institucionalizado y en la que se acaba ahogando la voluntad de quienes aportan creatividad a la educación –La bechamel que prepara el Marqués de Altamira suele ser irresistible para los que están alrededor-, y en nuestra sistema el deporte sigue estando muy lejos del corazón de la educación, eso se lo dejamos a los países anglosajones o a… Portugal.
-          Pues no parece tan difícil hacer un copia y pega de lo que está funcionando por ahí y probarlo aquí –El Barón mete la bandeja de endivias envueltas en jamón, recubiertas de la salsa y con el queso espolvoreado encima, al horno-, al fin y al cabo tenemos un clima tan escocés como en Glasgow o en Auckland.
-          Y de segundo unos “solomillos al whisky”, que eso se hace en plis-plas mientras que lo de cambiar las mentalidades de este país requiere mucha cocina pero que mucha cocina.


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