jueves, 5 de noviembre de 2015

MOVEMBER

English: Movember Support 2008

El fin de semana pasado apenas se notaban unos tímidos brotes en el bigote, pelillos que aparentaban más un afeitado descuidado que un propósito de dejarse un mostacho durante el mes de noviembre. Este próximo sábado, a la vez que las tradicionales alubias con todos los sacramentos, empezarán a hacerse las comparaciones entre unos bigotes y otros, además de reunirse en un sobre las aportaciones económicas que cada uno va consiguiendo para su ingreso en la cuenta de Movember, la institución que financia estudios sobre el cáncer de próstata.
-Mi mujer me ha dicho que soporta lo del bigote porque es por una buena causa pero que el 30 de noviembre me lo tengo que afeitar –Hiruntchiverry presenta unas rubias rayitas bajo su nariz rectificada por un rodillazo argentino-, que le recuerdo traumas de la infancia con un hermano de su madre al que el bigote le apestaba a “Gauloises”.
-Un beso sin bigote es como un huevo frito sin sal –el Marqués de Altamira no se ha pintado este año un bigote marxista como el que le daba un aire de sátiro en blanco y negro hace doce meses-, dice mi marquesa navarra durante este mes…  pero que me lo tengo que limpiar y acicalar tres veces al día si quiero besarla.
-  Lo que va a ser de bigotes es lo del derby vasco del otro lado de la muga este domingo en Baiona –Galtzagorri se las ha arreglado para presentar ya un esbozo de bigote perfectamente reconocible a pesar de la pequeña cicatriz que un taco de una bota andaluza le dejó en el labio superior-, a pesar de los dos en segunda.
-  En el rugby no suele haber sorpresas –dice Aristide Labarthe acariciándose el bigote negro con el que parece haber nacido-, así que os espero para el aperitivo en donde de costumbre.


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