viernes, 25 de noviembre de 2016

PESCADILLA RABIOSA


- No me gustan los cambios de entrenador en el rugby ni la pescadilla que se muerde la cola y menos en noviembre cuando los pescateros se van de vacaciones- dice la Marquesa de Altamira en la cocina de la sociedad, mientras el Marqués comprueba que el pescado se ha descongelado bien- ¿Quién está enfermo?
- Gatzagorri ha tenido la tradicional txarriboda de los veteranos de su equipo y no está para bromas, como el Ampo que debe cuidarse – comenta el barón de la Florida sirviendo los mostos del año recién recibidos-, y salir de sus círculos viciosos.
- Lo hará, tranquilos, saldrá, aunque la Samtboiana no sea el equipo ideal para recibir en plena transición -el Marqués mira y remira el “merluccius merluccius”, como si éste fuera el culpable del calendario-, pero con los de casa entrenando, las ganas de los jugadores y el calor del graderío tenemos que agarrarnos a la victoria.
- ¿No querrás que me coma eso? -dice Galtzagorri de espaldas a la cocina y leyendo la prensa rugbistica- Los catalanes están demasiado fuertes ahora y Altamira no es lo que era.
- Pues Hernani tiene que traerse todos los puntos de Barcelona que esos catalanes van los últimos y hay que asegurarse el futuro -el de la Florida acaba de preparar la mesa-, para mantenernos arriba.
- ¿No querrás que me coma eso? Prefiero quedarme sin comer que tragar fritanga -Galtzagorri se ha dado la vuelta con un rostro del color del pael del periódico-.
- ¿Y los del otro lado de la muga? - Ya está enroscada y enharinada la pescadilla pero su aspecto ni achicharrándola puede mejorar, según se deduce de la cara del Marqués- ¿Qué te parece, cariño, si vamos el viernes a la tarde de compras a Barritz, luego picamos algo por algún bistró del mercado y nos vamos a ver al Olympique que recibe al Stade Montois?
- Que el romanticismo y tú son dos cosas distintas -dice la de Altamira y cambia el mosto por un crianza-.



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