jueves, 25 de enero de 2018

ZORROS Y DRAGONES


- El futuro del rugby se construye ahora, se construye en cada equipo femenino, en cada escuela infantil, en cada equipo de promesas, en el rugby inclusivo, en cada equipo de “seven”...
El Barón de La Florida comenta, mientras se seca después de la ducha. Han estado jugando un partido de “tocata” en medio campo, quizá en la parte menos embarrada pero todos han acabado cubiertos de una costra parda. Murray reparte bolsas de basura grandes donde meter las equipaciones y dice:
- Pero seguimos estancados en cifras que no crecen, cuando no disminuyen. Creo que proporcionalmente al incremento de la parte de la población que practica algún deporte, el rugby en Euskadi ha debido perder cuota de practicantes…
- Mucho plan estratégico -añade Galtzagorri perfumándose las axilas con un pulverizador de esencias exóticas, posiblemente sustraído a su hija quinceañera-, pero la futbolera realidad es la que es y si la educación familiar sigue ajena a otros deportes, y lo va a seguir en muchos años, contentos tenemos que estar de que no nos prohíban traer a los niños al rugby los domingos por la mañana.
La nube olorosa ha creado un ambiente de discoteca, a la hora del cierre, en el húmedo vestuario, y quien más quien menos se apresura a salir bajo la lluvia.
- De todas maneras en Gipuzkoa tenemos la fortuna de que existan clubes como Hernani y Arrasate que hacen esta labor, tan poco agradecida por las instituciones, de suplir lo que los chavales no reciben muchas veces en donde deberían ¿Quién se ocupa de los valores del deporte?
Pregunta el Barón de La Florida, antes de salir corriendo hacia el coche, y Murray que también salta entre charcos y baches, que en la oscuridad son lo mismo, le corrige.
- Que todos los clubes de rugby de Gipuzkoa nos ocupamos también de hacer los cimientos del futuro en la medida de lo posible.


- Pero hoy me apetece más hablar de “azeriak” y “herensugeak”.

jueves, 18 de enero de 2018

DE LA TXISTORRA A LAS ANGULAS

- Con previsión el Bera-Bera adelantó su partido de este fin de semana y sus jugadores no tienen necesidad de controlarse más de lo ordinario el día de San Sebastián-dice Galtzagorri mientras comprueba, delante del espejo, que el uniforme del año pasado ha encogido dentro del armario-, sin embargo, salvo error u omisión, los del Atlético San Sebastián reciben al Arrasate el domingo por la mañana.
- A lo mejor se suspende por el mal tiempo -Murray ha optado por acoplar unos tirantes al pantalón y dejar la cintura sin abotonar-, porque el campo de Aiete no va a esta muy practicable, creo.
- En peores garitas hemos hecho guardia -responde Galtzagorri marcialmente-, viento, lluvia y frío con un buen barrizal son ingredientes esenciales del rugby invernal.
- ¿Por qué no se fusionan los dos clubes donostiarras? -Aristide Labarthe pregunta desde la mesa donde están presentando unas tostadas untadas con mantequilla salada a la trufa-. Ahora parece que ya no se llevan tan mal como en el pasado.
- Antes se formará el club profesional vasco del BAB que se produzca esa fusión en este lado del Urumea -Galtzagorri resignado también ha optado por los tirantes y por reforzar con unas puntadas la bragueta del pantalón-, y eso que parece que por fin se está imponiendo un cierto liderazgo tranquilo en Laburdi.
- Lo que hace el dinero -Labarthe ha abierto una botella fría de “Jurançon”-, o la falta de dinero para tener un papel en el mercado del rugby.
- Pues mira a este lado que en el rugby no tenemos ni dinero ni liderazgo – Murray ha recuperado los hábitos civiles y se dispone a atacar la bandeja-, y no sé qué nos hace más falta si dinero o liderazgo, aunque sé uno que va a decir que tenemos exceso de líderes.
- Exceso de jeques, lo que digo es que tenemos exceso de jeques y de fiestas navideñas -Galtzagorri también ha dejado el uniforme tamborrero-, que empiezan con txistorra y no acaban hasta las angulas.
- ¿Angulas? -se ríe Labarthe-. Angula, que este año toca otra vez a una angula por barba.


jueves, 11 de enero de 2018

LOS PITUFOS

Por el amplio patio del edificio de Tabakalera resuenan los gritos de los niños que corren jugando y dando, por fin, un sentido a la inversión y al gasto mensual que los dineros públicos han soportado, soportan y, suponemos, seguirán soportando. Algunas pocas figuras paternas y muchas más ancestrales se encargan de controlar la algarabía incontrolable, mientras comentan sus cosas, dos o tres hombretones que están más o menos acomodados en unas banquetas, quizá diseñadas para sentarse, charlan de rugby y derivados.
- Los niños de hoy en día carecen, por desgracia, de unos padres más disponibles a sus emociones -dice Galtzagorri, señalando con la barbilla, a un grupo de personas que absortos teclean incansables en sus teléfonos planos-, los padres entre el trabajo y la hiperconexión no sé dónde estamos.
- Así son los críos los que fijan sus propios límites porque no hay nadie que les diga “no”, con lo bueno que es un “no” a tiempo- añade Murray recogiendo del suelo el envoltorio de un bollo que la corriente de aire ha traído hasta sus pies-, y la educación se da en casa, en la escuela solo la enseñanza.
- Tendríamos que desarrollar una “aplicación” de rugby para padres – Galtzagorri sugiere-, ya que el rugby es un deporte de equipo y al aire libre, aunque quizá aquí también se podría jugar a cubierto con un poco más de dinero puesto, así los niños van a desarrollar más rápidamente sus habilidades motrices, la rapidez, la resistencia, la coordinación, la concentración… Pero si el rugby no está en la red, no existe para éstos.
- Jugar al rugby implica disciplina y la necesidad de seguir normas -Murray está recogiendo las tazas de las consumiciones para despejar la mesa-, de esta forma se aprende desde pequeño a responsabilizarse de sus acciones y a calibrar las consecuencias de sus actos.
- La convivialidad del rugby, la amistad, el compañerismo y la cooperación – Galtzagorri, con cierta sonrisa triste, señala con la mano a los niños que se han ido sentando con sus aparatos en las manos, algunos pasados por sus tutores que no se han resistido mucho-, pero si algo importante se aprende jugando es el respeto. Parece que sigue lloviendo.




viernes, 5 de enero de 2018

AMOR A LOS COLORES

Un poco de tarta de queso al salir del cine puede ser lo que necesita el cuerpo navideño para desbordarse de empacho pero la vida es un deporte de riesgo y hay quien puede resistirlo todo menos las tentaciones, así que, en la conocida taberna vinícola de la calle 31 de agosto donostiarra, unos perfectos conocidos degustan sus raciones mientras charlan de rugby y otros temas.
- Estas vacaciones sin rugby guipuzcoano se hacen largas -dice el Marqués de Altamira, repartiendo las raciones a las damas y caballeros presentes-, pero el retorno a la competición va a ser duro para los dos clubes.
- Van a tener que sudar los colores nuestros chicos para rascar algún punto -Murray interviene-, aunque tienen armas para sacar puntos, al menos en Ordizia frente a los Bisontes porque la visita de los de Hernani al Quesos, por mucho amor a los colores que se tenga...
- Me gusta cuando los profesionales dicen que sienten los colores del equipo -el Barón de la Florida ironiza-, son como actores viviendo el papel para el que se les paga, quizá es lo que son, actores profesionales como los del film de hoy.
- Los actores, por cierto, están muy bien en la defensa de sus personajes – subraya Galtzagorri que es quien siempre lleva a la cuadrilla a ver el cine español-, que son unos personajes de carne y hueso, que podemos ser nosotros.
- Yo el móvil de mi mujer prefiero no verlo -dice el Barón de la Florida con cierta distancia y mirando a los ojos a su esposa que parece no haberle oído, al haberse dividido en pequeños grupos los contertulios-, y no me acaban de convencer esos juegos sociales entre amigos.
- Pues al scrabble no ganas nunca – le dice la Baronesa desde la distancia-, ni siquiera al más pequeño de la casa.
- Hay juegos de sociedad que son como los negocios entre amigos -añade el marqués de Altamira-, tienes que elegir entre ganar y la amistad.