viernes, 23 de marzo de 2018

MEJILLONES CON PATATAS FRITAS


- En Bélgica existe un plato nacional común tanto a los flamencos como a los valones y es muy simple, se hace con mejillones cocidos al vapor con apio, cebolla, zanahoria y pimienta que se acompaña de patatas fritas en aceite vegetal o en grasa bovina y se acompaña de cerveza. A nadie le sorprende encontrarse en el país plano con establecimientos dedicados a esta delicia gastronómica, lo de delicia con cierta ironía cariñosa, pero a veces los belgas sorprenden con otros platos, no me acuerdo muy bien con cuáles, pero pueden sorprender.
Galtzagorri habla en la cocina de la sociedad, mientras acaba de preparar una merluza en salsa verde para el pleno de la hoy silenciosa cuadrilla reunido con cara de funeral lógicamente, después de asistir a las exequias del amigo bruscamente muerto.
- Lo que nadie puede ignorar es que en el rugby no suele haber sorpresas pero cuando se prepara un partido, se prepara en función del equipo contrario y de las circunstancias, aunque las circunstancias sean un estadio en los Cárpatos, un grupo de vampiros sin escrúpulos para arbitrar y la presión de unos medios que nunca habían asomado sus almas rojigualdas a un campo de rugby.
- Cuando se va de favorito, la única sorpresa posible es la desagradable -por fin habla el Barón de la Florida que ha traído de postre una tarta de esas que se sortean en Landare los domingos-, y en el rugby internacional ni los All Blacks se toman a la ligera un partido contra Portugal, por ejemplo.
- Todo partido que no se ha jugado, se puede perder aunque se tenga que ganar y quien no se haya llevado un revolcón que tire la primera patada a touche.
Las raciones están siendo acabadas y, como solo ha hablado Galtzagorri, que habla por no llorar, algunos ya están echando mano a las porciones crujientes de la exquisita tarta de hojaldre.
- Y quien haya respetado siempre y en todo ocasión a un árbitro que se coma el trozo más grande de tarta… Eso no quita para que la conducta, al final, de algunos jugadores sea una gran cagada.

   

jueves, 15 de marzo de 2018

NO HAY TERCER TIEMPO


La cafetería hospitalaria es poco más confortable que una sala de autopsias, solo un poco más, quizá sea el ácido aroma a lata de salsa de tomate demasiado tiempo abierta lo que le da el toque diferencial. Esperando que las infusiones dejen de hervir en sus tazas, hay unos hombres que están agotando su provisión de pañuelos de papel en unas mesas del fondo. Uno de ellos comenta:
- ¡Si el domingo estaba estupendamente!
- Pero el karramarro debía de estar escondido bajo alguna piedra – Galtzagorri no oculta sus ojos en lágrimas-, y ha salido de repente a cogerlo todo ¿Sabéis qué me ha dicho? Que esto de morirse solo le pasa a los buenos… y que lo del Gran Slam de Irlanda en el Torneo ya está hecho, que los ingleses están deprimidos.
- ¡Qué cabrón! - dice el Marqués de Altamira-. A mi me ha dicho que Inglaterra va a arruinarles San Patricio a los irlandeses y a dejarlos sin Gran Slam.
- A mi me ha musitado algo de que el pan francés es pan comido para los galeses.
Después de decir esto, el Barón de la Florida se da cuenta de que una lágrima le cuelga de la nariz y, sin fuerzas para evitarlo, la deja caer en la taza humeante.
- El tiempo de juego ya se ha acabado para Murray – Galtzagorri habla entrecortadamente, con una voz tenue y mirando hacia un horizonte inexistente entre las paredes de color indefinible-, y en cuanto pierda la posesión del balón, se acaba el partido, se acaba el partido...
La repetición de la frase se queda encima de la mesa, bailando lentamente en los vapores que ascienden y desaparecen. Al cabo de un rato, Galtzagorri concluye:
- Y no hay tercer tiempo.



- A Javier: in memoriam -

viernes, 9 de marzo de 2018

LA MÁSCARA Y EL PERSONAJE


- En el teatro griego cada personaje llevaba su máscara y creo que en alguna de las modalidades del arte escénico japonés también se usan máscaras que identifican a cada personaje de la obra, -Galtzagorri comenta en la panadería-pastelería de Egia en que el grupo se ha refugiado-, el teatro es verdaderamente la vida, todos representamos un personaje, todos nos construimos una máscara en función del personaje que estamos representando en cada momento y en cada escenario…
- En el rugby no caben máscaras -dice el Barón de la Florida poniendo un plato de cookies en la mesa-, tienes que ser quien eres todo el partido, quizá en el fútbol se pueda representar un papel pero en el rugby…
- En el rugby también se usan máscaras y no sólo cuando juegas con la nariz delicada -corta Murray sirviendo un té oscuro y humeante en su taza-, ¿O en el pasillo antes de salir al campo nunca has exagerado lo mala bestia que eras delante del equipo contrario? A esas máscaras aparentes se refiere el filósofo de Gros y esas máscaras se usan en el rugby a todos los niveles.
- Yo quería referirme a algo más amplio -Galtzagorri añade, después de constatar que las cookies se han extinguido súbitamente en el plato-, claro que el rugby es una representación en que intervienen dos, mejor tres con los árbitros, troupes en una improvisación preparada, toda buena improvisación requiere de mucho trabajo previo y que, antes y después del partido, hay mucho teatro en los protagonistas, sobre todo ahora con las redes sociales… Pero yo me refiero a las máscaras de dirigente eficaz y honrado que llevan unos, de estratega infalible que llevan otros, de buen padre preocupado por la imagen de la selección…
- Vale, entendido -interviene el Barón de la Florida con el segundo plato de cookies en la mano-, es verdad que los delanteros a veces parecemos un coro griego, incluso en el campo, pero para jugar bien en la delantera hace falta vivir el personaje, como los buenos actores, en todo momento mientras que otros hacen el clown, dejando caer el balón a la mínima y no miro a nadie.
 

viernes, 2 de marzo de 2018

MITOS DEL RUGBY


- El rugby permite hacerse hombres a los niños y permite que los hombres sigan siendo niños, escribió Rives hace tiempo – Aristide Labarthe comenta en el mercado a Imanol Hiruntchiverry -, pero es que los niños pueden ser muy malas personas individualmente y en grupo.
- Hay quien cree en la bondad natural del hombre, que al niño le hace malo el entorno familiar – Hiruntchiverry está seleccionando verduras en un puesto al mismo tiempo que habla-, que lo que se le transmite o se le deja de transmitir es lo que explica su mal comportamiento.
- No sé si hay alguna verdad absoluta en todo eso -Labarthe observa la actividad de su amigo que ha conseguido fijar la atención de la titular del puesto y de dos de sus empleadas-, quizá todos el mundo tenga un poco de razón pero últimamente hay comportamientos en el rugby, tanto en la cancha como fuera, que se pueden calificar de infantiles en plan suave o de delitos, en otro plan.
- El otro día un dirigente de un club, al que le hice un comentario amistoso sobre la situación que están atravesando, me dijo que me comiera los valores del rugby en ensalada, que los valores del rugby siempre han estado para saltárselos.
- Es lo que hay, a los jugadores en activo es muy fácil juzgarlos y condenarlos cuando les ha cogido la televisión o internet con las manos en la masa – Aristide se mete dos dedos en los ojos a modo de tenedor, al decirlo-, que a los directivos que meten las manos en la masa a la mínima oportunidad -esto lo dice haciendo la posición del egipcio con la mano derecha-, o que usan del rugby para maniobras financieras y políticas inexplicables pues lo de los valores del rugby se lo limpiaron con el último barro que se quitaron de los tacos de las botas.
- Se me caen los calzones al suelo ¡En el rugby, no hagas lo que hago sino haz lo que digo! -dice Hiruntchiverry metiendo los últimos calabacines que ha escogido en la bolsa-.