jueves, 12 de abril de 2018

MELÉ ESPONTANEA



- Si el equipo que defiende quiere coger el balón tiene que recuperarlo del contrario -dice Galtzagorri en equilibrio sobre una silla para alcanzar la vieja cazuela que está en la balda superior del armario de la cocina de la sociedad-, tiene que hacer todo lo posible para arrebatárselo antes de que el otro equipo monte la jugada que quiere.
- Por eso en los rucks hay que emplearse a fondo, dentro de las reglas -el Barón de la Florida está debajo para evitar que su amigo caíga, aún a riesgo de recibir un cacerolazo en el cráneo-, para disputar el balón, aunque tenga todas las ventajas el equipo atacante que lo puede esconder o sacar con cierta facilidad pero a veces se puede provocar que haga un “retenido” y que se les pite un golpe de castigo.
- A veces no hay que meter jugadores e impedir así que se forme el ruck para ir a por el portador del balón – Galtzagorri ya ha descendido y se dispone a lavar el utensilio ennegrecido-, pero todo eso hay que entrenarlo hasta el aburrimiento durante la semana, que los jugadores se acostumbren a leer las situaciones y decidan pronto, sin acomodarse en rutinas que en solo sirven para justificarse pero que no son eficaces para conseguir el balón.
- Así es la vida, siempre hay otro que tiene lo que necesitas – El Barón de la Florida le quita la cazuela a Galtzagorri y la pone sobre el fuego-, y hay que arrebatárselo de buenas maneras, dentro de la ley eso sí, siempre que el otro también respete el reglamento, claro.
La leche de vaca se está calentando y el Barón ha troceado unas exóticas tabletas de chocolate que va añadiendo mientras revuelve con un cucharón de madera.
- Haría falta leche de búfala para añadir a este chocolate indonesio -sugiere Galtzagorri embriagado por el aroma-, pero creo que hoy te vamos a dar un Máster, enmarcado incluso, por esta merienda.
- Es que en el chocolate de Landare se aprende mucho pero, sobre todo, a que la victoria requiere esfuerzo, esfuerzo y cabeza, aunque sea para saber dar algún coscorrón en la melé espontánea.


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